Hoy en el trabajo tuve una conversación con un colega sobre uno de esos temas sensibles en los cuales estamos tratando de ser una mejor sociedad.
Hace algo más de un año trabajé con un Gerente de Proyectos de una nacionalidad no-estadounidense. Tuve muchas reuniones y llamadas en conferencia con esta persona, y siempre me llamó la atención cómo trataba mal a las personas que tuviesen un título de menor jerarquía al suyo, indistintamente de si trabajasen con él o para otra compañía. Un día le comente esto a una amiga que trabajó para alguien con la misma nacionalidad de esta persona, y ella me dijo: -“Oh sí, ellos son así. Ellos son muy respetuosos con la jerarquía. Si estas por debajo, por lo general te tratan mal y si estas por encima, te tratan con respeto. Así son ellos, es su cultura”. Eso me hizo recordar una instancia similar a cuando una persona me comentó que había vivido en cierto país que era muy sensible con la puntualidad, y que también me dijo: “Así son ellos, es su cultura”.
Esto me hace preguntarme: en esta nueva era en la cual vivimos de globalización e igualdad de derechos para todos -algo sobre lo cual yo estoy a favor-, ¿en dónde estamos parados cuando se trata de analizar características similares que parece son intrínsecas a un grupo de personas que tienen algo en común?
¿Me equivoco si digo que las personas de un cierto país “X” son delicados con la puntualidad? ¿Ofendo a alguien si digo que es común que para las personas de cierta nacionalidad, tengan respeto hacia la jerarquía? Quisiera decir que no, caso contrario no existirían artículos como estos:
20 things to know before moving to Sweden
7 useful culture shock preventing facts about austrian culture
…lo cual me lleva a la siguiente pregunta: ¿está mal que un grupo de personas con una nacionalidad o cultura en común, puedan ser asociados con un comportamiento en particular, indistintamente de si la mencionada cualidad es positiva o negativa?
En el prólogo de mi libro -fue escrito por el Dr. Lorne López, uno de mis mejores amigos- se indica que mi libro utiliza un lenguaje de libre expresión que añoramos. Al ser un análisis hecho por un extranjero de una sociedad foránea a la suya, algo que siempre dejo en claro tanto en mi escrito como en mi vida diaria, es mi uso de la generalización, y como traté de evitarla lo más que pude. Genaralicé sólo en casos similares a como cuando mi amiga diría «Así son ellos, es su cultura». Es decir, cuando veo casos recurrentes que ocurren en un grupo de personas con algo en común, y se me hace difícil no asumir que una persona que pertenezca a dicho grupo, también tenga esa misma característica.
A lo largo de mi libro, afirmare que la sociedad venezolana estaba llena de fisuras que contribuyeron a iniciar la debacle que ha llevado al país a su estado actual. El asunto es que “la sociedad” no es una entidad invisible omnipresente y omnipotente que nos rodea y con la cual no se puede interactuar.
La sociedad esta hecha por personas, y en el caso de Venezuela, personas con ciertas características en común.