Es costumbre de algunos autores incluir una o dos frases célebres cuando escriben sus libros. Mi lectura de esto es que el autor tiene la intención de primero rendir tributo a la persona que pronunció dicha frase, y segundo utilizar la frase en cuestión como base para el manuscrito que le seguirá.
Al llegar el momento de decidir cuáles frases incluiría en mi libro, estuve contemplando varias posibilidades entre los cientos de obras u oraciones célebres pronunciadas por grandes pensadores, y que podrían tener una relación directa con el contenido de mi libro y el mensaje que transmite. Entre las opciones que tenía, quiero compartir una que cada vez que la recuerdo, me transmite una sensación motivadora e inspiradora sobre cómo debemos enfretarnos a la árdua tarea de lograr un objetivo, sea cual sea, sin importar qué tan grande o imposible sea, y a cómo debemos manejar la diferencia entre soñar o alimentar esperanzas, y el aceptar una realidad. El objetivo puede ser cualquier meta que nos tracemos: graduarnos, subir el pico de una montaña, conseguir ese anhelado trabajo, conquistar a una chica/o, o convertirse en uno de los mejores tenistas del mundo. Es en este sentido donde entra la frase que quiero compartir.
En 2018, Toni Nadal -tío y entrenador de Rafael Nadal- dio una conferencia TEDx, en la cual compartió una anécdota de los primeros años de Rafael como tenista profesional. Contó que en una ocasión estaba con Rafael, preparando el partido de la final del torneo de Montecarlo ante un suizo «no muy bueno» (refiriéndose de forma sarcástica a Roger Federer, #1 del mundo en ese momento). Rafael le preguntó a su tío que cómo veía la estrategia para afrontar el partido y él le contestó:
«Lo veo complicado: Federer tiene el drive (forehand) mucho mejor que el tuyo, el revés es mejor que el tuyo, la volea es mucho mejor que la tuya, y en el saque ni hay color…» y en ese momento Rafael lo interrumpió y dijo «para, para, vaya moral que me das para salir a la pista…»
Toni sin titubear en seguida le dijo a su sobrino: «si quieres te puedo engañar, pero dentro de un rato, no te va a engañar Federer. Más vale que sepas a lo que te tienes que enfrentar. A partir de aquí, vamos a buscar soluciones.«
Toni prosiguió en la conferencia diciendo: «Esta ha sido mi forma de entender el entrenamiento: aceptar la realidad, una cosa bastante complicada hoy en día. Parece ser que siempre tenemos que dar mensajes positivos. Tenemos que decirle constantemente a los nuestros que siempre son los mejores y que hacen las cosas bien. Yo creo que cuando uno no se sabe suficientemente bueno y conoce la realidad, ese es el primer paso, es el punto de partida para alcanzar los propósitos.«
…y es en ese sentido que muchas personas y en especial los venezolanos que lidian (o lidiaron) con la crisis de su país, le cuesta aceptar algo tan simple como lo es la verdad y la realidad.
Siempre he pensado igual que Toni Nadal: aceptar la realidad sirve para saber en dónde te encuentras, qué puedes hacer con los recursos que tienes, para dónde puedes ir, qué posibilidades hay, que errores cometiste que se pueden corregir, que se hizo mal que debió haberse hecho de forma distinta, y cuán cerca estás de lograr tu objetivo, en comparación con ayer. Cómo va tu plan y qué tan bien estas siguiendo las estrategias correctas para lograrlo.
En mi libro plantearé las causas principales que produjeron el colapso de Venezuela, y por supuesto las analizaré a fondo; una de ellas si bien no describo a detalle, es parte integral del mensaje general que mi libro busca transmitir, y es el hecho que significa aceptar la realidad. Muchos de los problemas que surgieron en Venezuela, fue debido a que los involucrados se negaron a aceptar la realidad, o bien si la aceptaron, fueron incapaces de crear soluciones ante el problema. En vez de ello, buscaron excusas para justificarse e incluso pusieron barreras para alcanzar una solución.
En el TEDx, Toni Nadal no mencionó cuál fue el año en el que ocurrió la conversación entre Rafael y él, pero voy a atreverme a especular que fue 2006, dado que fue la primera ocasión en la cual Nadal y Federer disputaron una final en Montecarlo. El resultado final de ese partido fue que Nadal derrotó a Federer 6-2 6-7(2) 6-3 7-6(5), a pesar de tener un drive muy inferior, un revés inferior, una volea inferior y un saque que ni hablar compararse con el de Federer. ¿A qué se debió ese resultado? A varios motivos sin duda alguna; pero uno de ellos -y uno de los principales- fue al hecho de que Rafael Nadal fue capaz de aceptar la realidad y fue capaz de buscar soluciones en función a la realidad. Rafael no planteó, ni buscó excusas.
Eso me lleva a plantear lo que quizás será la tarea más difícil no tanto para un lector extranjero, pero para un lector venezolano al tomar mi libro: aceptar la realidad. Aceptar que muchas cosas en su país estaban mal, a pesar de que en la superficie parecía que lucían bien. Aceptar que ante cualquier problema y en especial ante los inconvenientes y viscitudes que planteo en mi libro, pudo hallarse una solución, por más inferior que hubiese sido la posición en la que se encontrasen. Y más importante de todo, lo que más le costará: aceptar que tengo razón en lo que planteo en el libro.
No tiene nada de malo soñar, creer en algo y tener esperanza al momento de plantear un objetivo y querer que éste se cumpla; no tengo nada en contra de mensajes positivos y motivadores dado que bien utilizados tienen un valor fundamental para una persona pueda lograr sus metas, pero de vez en cuando es necesario tener una dosis de aceptar la realidad, para pisar tierra e idear un plan con el cual se pueda lograr que esos sueños se conviertan realidad.
Decidí no incluir en la frase en mi libro por varias razones, la principal siendo que entre las opciones que tenía, se encontraban pensadores como John Stuart Mill, Rene Descartes, Friederich Nietzsche y no me parecía correcto poner a Toni Nadal al mismo nivel de ellos. Además, el peso de la frase me pareció más pertinente para el ambiente en el cual Toni la citó. Sin embargo, me quedé con su enseñanza y el debate que se puede iniciar en base a ella: Aceptar la realidad y buscar soluciones.
A veces en la vida no hay problemas, ni excusas. Solo soluciones, si se quiere…