Una ventaja de tener tres amigos médicos es que puedo actualizarme en asuntos de medicina rápidamente y desde varias perspectivas: mi mejor amigo es anestesiólogo, su esposa es ginecólogo y tengo una amiga pediatra con quien he publicado varios artículos estadísticos en revistas médicas.
Ha pasado casi un mes desde que empecé a trabajar desde casa y muchas cosas han ocurrido: se han cancelado eventos de todo tipo, países han implementado cuarentenas, y desafortunadamente, cientos de miles de personas han muerto debido al Covid-19. También puedo afirmar que ahora sí tengo
un claro entendimiento de lo que está en juego y dar una opinión imparcial basada en hechos.
A la fecha de hoy, entiendo que la naturaleza de este virus es muy agresiva, lo cual significa que el uso de máscaras y guantes debe (no, «debería») ser obligatorio. Cada vez que voy al supermercado, veo un 20% de las personas sin máscaras o guantes. Debo admitir que durante los primeros días de Marzo,
yo era uno de ellos, así que no los culpo porque puede ser que no están educados en la necesidad de utilizar EPP. Yo también subestimé el virus, queriendo decir su fuerza y habilidad de contagiarse, y más importante aún, mi capacidad de contraerlo. Pero luego de hablar largo y tendido con mis amigos médicos, pude comprender la naturaleza de la situación, la forma cómo el virus se comporta, lo que le hace a las personas, cómo lo hace y lo que podemos hacer para prevenir ser contagiados, o peor,
contagiar a alguien que nos importe. Por ese motivo, considero que en vez de burlarse o señalar de forma negativa a personas que no usen guantes o máscaras, creo que es vital entender que quizás esa persona no ha entendido la magnitud de la situación, o simplemente no está educada al respecto, lo cual
quiere decir que un mejor enfoque debe ser tratar de educarlo/a, para que formen parte de la solución y no del problema.
Para mí el escenario es tan claro como el agua, y es perfectamente entendible que no habrá Ironman este año, ni Burning man, o eventos de tennis, o las olimpíadas, ya que es evidente que grandes concentraciones de personas son el ingrediente fundamental para que el virus se disemine en todo el mundo. Tristemente, esto traerá consecuencias económicas a nivel mundial que quizás desemboquen en una crisis global,
si le comete el más mínimo error.
Confío en que nuestros líderes y gobiernos actuarán con ética y responsabilidad.
Manténganse en sintonía.
HR