La temporada europea de arcilla ha empezado y, como siempre, Rafael Nadal es el hombre a vencer. Luce tan fuerte como siempre, inteligente como siempre, e… invencible como siempre.
Cada vez que Nadal pisa una cancha, es como ser testigos de una nueva historia. Recuerdo la primera vez que lo vi en 2004, me dio la impresión de ser alguien distinto. Muy distinto al resto. Luego ganó su primer Roland Garros en 2005, derrotando a Federer en las semifinales y a Mariano Puerta en la final… y así fue como empezó la leyenda.
¿Cuánto durará? Quién sabe. Disfrutemos mientras esté allí.
HR