Han pasado casi dos meses desde que la pandemia fue formalmente reconocida en aquí en EEUU y las consecuencias han sido devastadoras en todos los frentes. La gente está impaciente, tensa, con miedo, y un gran sentimiento de duda se posa sobre nuestra sociedad. «¿Qué nos depara el futuro?» Es la pregunta que todos quieren que sea respondida.

Primero que nada, debo empezar mi exposición diciendo que es casi imposible predecir el futuro. Todo el mundo posiblemente tenía planes para 2020 y estoy seguro que la mayoría de esos planes ahora no existen debido a la pandemia. ¿Quién se hubiese imaginado que estaríamos en esta situación en 2020? Nadie. De tal forma que predecir el futuro, habiendo entendido que existen tantas variables que no están consideradas, es definitivamente una tarea sumamente difícil.

A la fecha de hoy, Estados Unidos, Italia, España, Alemania y el Reino Unido lideran los casos y tasa de contagio de Covid-19 en el mundo. Yo creo que dentro de tres meses, este ranking de top 5 cambiará completamente -a excepción de EEUU-. Los países europeos han implementado medidas estrictas para contener el esparcimiento del virus, las cuales combinadas con un sistema de salud bastante robusto, resultan en una desaceleración de los casos de Covid-19. En Estados Unidos sin embargo, donde hay un sistema de salud decente, nuestras políticas de contención y cuarentena han sido cuestionables. No estoy diciendo que han sido malas, sino que más bien por la forma como está constituído el país, va a ser muy difcíl lograr los mismos resultados que se han obtenido en Europa. Esta es una de esas ocasiones en las cuales se requiere un líder fuerte al mando y desafortunadamente en Estados Unidos estamos viendo que hay demasiados líderes hablando al mismo tiempo. En vez de ello, es preferible tener una voz que hable alto y claro, que transmita un mensaje directo y concreto. Personalmente, no comprendo qué impide que los gobernadores y el gobierno federal se sienten a resolver sus diferencias y puedan definir un objetivo en común. Lo peor, es que la política se ha convertido en un factor de peso para la toma dedecisiones, y peor aún… para justificar argumentos para defender la implementación o no de una medida. Miro al cielo cada vez que escucho a alguno de nuestros líderes citar la constitución o alguna ley para justificar por qué se toma o no se toma una acción determinada.

Cuando nuestros padres fundadores crearon este país en 1776, yo dudo enormemente que envisionaron alguna provisión en los artículos de la constitución o alguna de sus enmiendas, que pudiera lidiar con el impacto de una pandemia global en un país que eventualmente se convertiría en 10 veces lo que era originalmente, tendría 100 veces la población que tenía y en donde habría decenas de grupos étnicos y religiosos, contrario a los dos o quizás máximo cinco que habría en 1776.

De hecho, no tengo ninguna duda alguna, de que a pesar de lo muy brillantes que eran los padres fundadores, jamás pasó por sus mentes esta posibilidad.

Manténganse en sintonía.

HR