He pasado los días recientes organizando archivos en mis respaldos viejos. Viejos de verdad.

No es de sorprender que mientras revisaba los respaldos, me topé con todos los otros libros, manuscritos y borradores que he escrito en mi vida. No conté exactamente cuántos tengo en total, porque estaba organizando mis archivos y copiando y pegando carpetas de allá para acá, pero me parece que puede haber unos quince en total. Abrí algunos de ellos, leí un par de páginas y hubo dos cosas que llamaron mi atención: 1) Tengo borradores que datan de hace veinticinco años, y aún así puede decirse que definitivamente son producto de mi mente. No sé si eso sea algo bueno o malo, pero definitivamente mi estilo de escritura se ha mantenido constante en el tiempo. 2) A pesar de tener ideas interesantes en casi todos los manuscritos, los dejé inconclusos porque me topé con un bloqueo de escritor (¿así se le llama?), y no los retomé.

Tal vez debería dejar de ser un idiota y debería empezar a trabajar en ellos de nuevo. Quizás pueda hasta terminarlos todos. Pero primero, debo publicar mi primer libro!

HR