Con las finales de la NBA en pleno desarrollo, la conversación de El Más Grande seguramente estará en boca de todos por el resto del año, especialmente si los Lakers ganan.

El hecho que esta conversación siga abierta, me hace pensar si es que la gente tiene memoria de corto plazo o si bien las tendencias son las que imponen los estándares. Tras leer estas líneas, probablemente puede inferir que si bien le doy un enorme crédito a LeBron James, me inclino hacia Michael Jordan.

Existen decenas de razones que puedo citar para respaldar mi decisión, pero voy a listar tres que para mí cierran el caso:

  1. Michael falló y siguió intentando hasta lograrlo: nunca le perdonaré a LeBron el hecho que se fue de Cleveland para Miami para obtener su primer anillo. Fue una salida rápida y fácil a un problema que debía afrontar y no lo hizo. Siempre admiraré a MJ por haberse quedado en Chicago hasta que lograron triunfar.
  2. La canasta de Steve Kerr: «Estaré listo» fue lo que Steve le dijo a Michael para garantizarle que estaba dispuesto a lanzar a canasta en los últimos segundos del sexto juego. Michael no solo fue un grande, sino que hizo grandes a sus compañeros.
  3. Muchos jugadores fueron detenidos por Michael: Barkley, Miller, Malone, Stockton, Ewing y muchos otros que han podido ser campeones, fueron derrotados por MJ y los Toros. Para ponerlo en perspectiva, LeBron y Steph son el equivalente de Larry y Magic. Si uno hubiese silenciado al otro, entonces esa persona sería el equivalente a MJ.

Puedo colocar a LeBron en cualquier sitio del ranking, y tan alto como #2, pero nunca #1. Ese sitio aún le pertenece a MJ, y solo enumeré tres razones.

HR